Monday, February 26, 2007

BENDITO SEAS, CLINT EASTWOOD


La última película del gran Clint Eastwood, no es ni mucho menos la mejor de su carrera, que en los últimos años nos ha dejado una sucesión de obras maestras, “Mistic River”, “Sin Perdón” y sobretodo la magistral y conmovedora “Million Dollar Baby”.
Clint Eastwood es un cineasta al que su supuesto conservadurismo privó durante muchos años del favor de cierta crítica miope, condenándolo al status de intrascendente rareza, o como mucho de frívola curiosidad de un actor al que el éxito se le había subido a la cabeza.
Pues bien, el supuesto conservadurismo de Eastwood, sólo puede ponerse en parangón con el de otro “grande” de la historia del cine: Jhon Ford, es un conservadurismo más sentimental que político.
Pero aunque sea una obra objetivamente menor en la filmografía del último Eastwood, no por ello deja de situarse muy por encima de la inmensa mayoría del cine que se ha filmado en los últimos tiempos (incluyendo al último y muy sobre valorado Almodóvar de “Volver”, por no decir nada de los deleznables “blockbusters” de diverso tipo que asolan nuestras cada vez más escasas pantallas).
Por todo ello, como aficionado al buen cine, y esperando la complementaria, y “gemela” “Cartas desde Iwo-Jima”, no puedo menos dejar de exclamar este rendido: “Bendito seas, Clint Eastwood”*.*: Lamentablemente he tenido que ver esta película en la reducida pantalla del ordenador, pues en mi ciudad se ha estrenado en un cine poco accesible, lo que dada mi condición de inválido, me impidió verla en pantalla grande, lo que quizás ha condicionado mi valoración

Friday, February 02, 2007

IÑÁRRITU


Existen varias maneras de plantear una narración. Alejandro González Iñárritu (México, 1963) ha optado, al menos en los tres largometrajes que yo le conozco (“Amores perros”, “21 gramos” y “Babel”) por una estructura coral similar (historias que se van entrecruzando, al principio sin un sentido claro, pero que buscan una clave final que le dé razón al complejo puzzle que Iñárritu (con la inestimable colaboración, al menos hasta ahora, de su guionista Guillermo Arriaga*) va construyendo.
Parece que la carrera cinematográfica del tándem Iñárritu-Arriaga se caracteriza por una progresiva ambición geográfica: Si en “Amores Perros” el puzzle que caracteriza su cine de circunscribía al ámbito local (México), en “21 gramos” se extendía al regional (Estados Unidos), en su última, y más compleja película (“Babel”), abarca ya el del universo mundo, con todas sus inmensas miserias y contradicciones.
Se ha dicho, quizás con razón, que el argumento de “Babel”, es, nada más y nada menos, que un fresco del mundo actual, presidido por el fenómeno de la “globalización”.
Y la moraleja, no me gusta nada esa palabra, puede ser entonces que “siempre pierden los mismos”.
Porque no puede compararse la desdicha particular del acomodado matrimonio de turistas americanos interpretados por Brad Pitt y Kate Blanchett, o los problemas de incomunicación que presiden el episodio japonés, con las auténticas tragedias que se plasman en las vidas de los auténticos desheredados que pueblan el rico paisaje humano de esta película (pastores marroquíes o inmigrantes mexicanos en Estados Unidos).
Porque el accidente casual que desencadena el drama de “Babel” (unos niños que jugando con un rifle en las montañas del Atlas marroquí, hieren a una turista americana que pasaba por allí), desencadena una serie de historias que se van encajando como las piezas de una “muñeca rusa”, como es característico del resto del cine de Iñárritu, pero aquí en un ámbito infinitamente más extenso: el del atormentado planeta tierra.

* Parece ser que, por desgracia, esta es la última colaboración entre el talento de estos dos brillantes mexicanos